¿A dónde nos puede llevar la fatiga por existir? Es una pregunta que el escritor César Silva Márquez busca responder en su novela Juárez Whiskey, en la cual retrata la rendición del hombre para ir en busca de sus deseos y la consecuente desesperación que lo lleva a cometer una estupidez tras otra.
En entrevista, el autor de Una isla sin mar explica que el protagonista de la novela –Carlos- es el ejemplo del ser humano que niega su presente y prefiere vivir en el pasado, especialmente en los momentos placenteros, “Está sumido en la nostalgia de lo que ha vivido porque no se atreve a cambiar su cotidianidad, esa forma de existir en la cual sabe su destino: el fracaso”.
Lo que vemos, añade el escritor nacido en Ciudad Juárez, es la contradicción humana. “Él está consciente de su vida y la depresión que sufre, pero nada hace para cambiar y lo que realiza, siempre lo deja a medias. Por eso la derrota es el resultado final de sus proyectos, especialmente los amorosos”.
Y esta pesadez por vivir, dice, le impide disfrutar todo lo que tiene: es un exitoso ingeniero de 30 años de edad, tiene recursos económicos y se puede dar ciertos lujos, pero esa fatiga por existir le impide disfrutar desde una cerveza, un pollo rostizado o una copa de whiskey.
La cúspide de esta actitud, agrega César Silva, es su imposibilidad de interactuar con las personas. “Ama a su vecina Belinda pero no puede tener una relación amorosa con ella, perdió a Angélica y a Blanca y no sabe si va a tener a Gabriela. “Esa incapacidad para socializar lo lleva a encerrarse en su habitación y sólo establecer saludos y diálogos con sus amigos a través de las redes sociales”.
“Las pantuflas que tiene sin levantar desde hace seis meses al lado de su cama, muestran el sometimiento de su voluntad ante el miedo de no obtener lo que se desea y que lo alejan de la vida cotidiana con sus maravillas y decepciones”, agrega César Silva, quien señala que autores como Paul Auster y Philip Roth tiene una gran influencia en su forma de escribir.
EL OTRO LADO. Aunque César Silva explica que también su novela busca mostrar la vida diaria en Ciudad Juárez, “esa ciudad que está atrás de la imagen que se tiene de violencia”.
En Ciudad Juárez las personas realizan las mismas actividades que otras en cualquier estado del país o del mundo. “Llevan a su hijos a la escuela, van al supermercado o trabajan”.
Por eso, explica, la novela no cuenta con alusiones a los carteles de drogas u otro tipo de delincuencia, “sino que retrata lo que son los juarenses en su día a día, con sus problemas, sus necesidades no resueltas”.
Pero también la novela, explica, “refiere a mis obsesiones por músicos y cantantes como Janis Joplin, Javier Solís y James Brown, y ellos aparecen de súbito en la narración, además del Juarez Whiskey Straight American Bourbon, un licor producido en Ciudad Juárez en los años veintes del siglo pasado, durante la época de la prohibición en EU”.